¡Entre los geranios rosas,
una mariposa blanca!
Así me gritó la niña,
la de las trenzas doradas:
-corre a verla, corre a verla,
que se te escapa.
Por los caminos regados
del oro nuevo del alba,
corrí a los geranios rosas,
¡y ya no estaba!
Volví entonces a la niña,
la de las trenzas doradas.
«No estaba ya», iba a decirle.
pero ella tampoco estaba.
A lo lejos, ya muy lejos,
se oían sus carcajadas.
Ni ella ni la mariposa;
todo fue una linda trama.
El jardín se quedó triste
en la alegría del alba,
y yo solo por la sola,
calle de acacias.
Y esto fue mi vida toda:
una voz que engañó el alma,
un correr inútilmente,
una inútil esperanza…
¡Entre los geranios rosas,
una mariposa blanca!
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1 comentarios:
Hola José, esta mañana me he entretenido viendo tu blog y quiero decirte que haces un trabajo espectacular sobre tu isla. Queda reflejada su flora, su fauna, sus costumbres, momentos especiales, sus amaneceres, su día a día... y tantas otras cosas que hacen grande el suelo que pisamos.
Hace años, unos cuantos ya, yo también fui amante de la fotografía, con otros medios distintos a los que hay ahora, pero con la misma afición que veo que tu le pones hoy. Te animo a sigas captando esos pequeños momentos, diferentes cada uno, del ahora... para saborearlos siempre.
Tomás, de Piratas de Axel.
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